jueves, 9 de mayo de 2013

Eliminando el Maltrato Infantil y Juvenil


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2011), durante la infancia y la adolescencia, los varones y las hembras menores de 18 años de edad, pueden ser maltratados y maltratadas por parte de sus padres, madres, cuidadores o integrantes de la comunidad.

Se reconoce que el maltrato que se vive en los 10 primeros años de vida, constituye un problema en sí mismo y un importante factor de riesgo de otras formas de violencia y de problemas de salud a lo largo de toda la vida. 

Un número importante de estudios han mostrado que los malos tratos físicos, los abusos sexuales y otros acontecimientos adversos en la infancia, están relacionados con posterior: 
  • Consumo excesivo de tabaco
  • Trastornos alimentarios
  • Comportamientos sexuales de alto riesgo
  • Trastornos de somatización y
  • Trastornos de personalidad en la etapa adulta

Otros estudios han calculado que los abusos sexuales en la infancia explican aproximadamente:
  • 6% de los casos de depresión
  • 6% de los casos de abuso/dependencia de alcohol y otras drogas
  • 8% de los intentos de suicidio
  • 10% de los casos de trastorno de pánico y
  • 27% de los casos de trastorno de estrés postraumático

Definitivamente, el trauma infanto-juvenil por maltrato: psicológico; físico; negligente; y sexual especialmente ejercido por madres, padres o cuidadores, deja huellas dañinas y duraderas en las víctimas, perturbando el desarrollo del equilibrio emocional, la confianza básica, el pensamiento reflexivo e incluso la salud física (Florenzano y otros, 2005).
Buen trato infantil Salud Emocional
Comunicación clara, serena, explicativa y positiva

Padres, madres y cuidadores, reflexionemos: Siempre es buen momento para identificar si hemos maltratado a nuestros niños, niñas o adolescentes, quizá creyendo que hacíamos lo mejor, quizá pensando que era una forma adecuada de criar o disciplinar, quizá dejándonos llevar por el creciente estrés. Gran parte de las veces, porque crecimos en una familia problemática o maltratadora que dejó huellas negativas en nosotros y nosotras.


De cualquier manera, el momento de rectificar es ¡Ahora!, pidiendo ayuda profesional para cambiar y procurar que el hogar y la interacción familiar actual representen para nosotros y nosotras, así como para nuestros hijos e hijas, un espacio de cuidado, protección, seguridad y crianza centrada en el afecto. Eliminando toda forma de castigo físico, disminuyendo los regaños basados en gritos, humillaciones u ofensas, aumentando la comunicación clara, serena, explicativa y positiva y, sobre todo, aumentando la interacción amorosa en la que reinen el estímulo y el reconocimiento de las conductas adecuadas y los gestos de cariño y aceptación. 

Para lograr estos cambios positivos, diversas Asociaciones ponen en nuestras manos recursos tales como: 
  • Participar en Charlas, Talleres y Grupos de Apoyo Psicológico para Madres, Padres o Cuidadores y cuidadoras.
  • Asistir a Psicoterapia individual, en pareja y en familia.
ESCRITO POR: Idhaly Guzmán 
Psicóloga Clínica. Sexóloga.
Terapeuta de Parejas y Familias.
Especialista en Atención y Prevención de Violencia Física, Psicológica y Sexual.
idhalyguzman@grupoambos.com

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