viernes, 12 de julio de 2013

Violencia escolar y violencia sexual. Acción: visibilizar, prevenir y salvar vidas

Antesala reflexiva:

En Venezuela como en el mundo entero es muy probable que una mañana muchos de nosotros y nosotras experimentemos desagrado ante leer en prensa y ver o escuchar en noticieros de televisión o radio alguna nota acerca de las muertes de niños, niñas, adolescentes y jóvenes por causas de violencia: social, doméstica, de género, sexual y escolar.

También es probable que ese desagrado se convierta en impotencia y frustración, en muchos otros y otras de quienes trabajamos con perspectiva de Género y Derechos, brindando apoyo emocional desde el escenario clínico o psicoeducativo, asumiendo el compromiso de actuar como agentes multiplicadores de la Ruta Legal que habrían de seguir las víctimas de tales modalidades de violencia, en busca de protección y garantía de salvaguarda de su integridad.

Testigos, promotores y defensores
de: cero acoso escolar
Lo expresado, cuando lastimosamente registramos en las consultas, los reportes de los y las pacientes afectados por tales situaciones de violencia, expresando cosas tales: "hicimos una larga cola para denunciar y finalmente me dijeron que allí no trataban ese asunto", "nos enviaron a otra dirección y al llegar ya estaban cerrando...había que ir al día siguiente y llegar antes de las 6am para hacer la cola y tener suerte de recibir número de atención porque va mucha gente todos los días", "nos aconsejaron tratar de resolverlo por las buenas en lugar de formular una denuncia...la verdad yo tampoco quiero hacerle daño y que le metan preso"  "denunciamos pero ha sido peor". Para detallar, tan sólo este último reporte, encontramos que procurando detener una maltrato intrafamiliar psicológico y físico en escalada (aumento); sólo se logra generar y sumar una nueva forma de violencia: económica, en venganza!

Pese a lo descrito, día a día debemos seguir apostando en los buenos frutos que hemos de cosechar al seguir brindando herramientas de prevención en la Ruta Clínica y Educativa que como ciudadanos y ciudadanas podemos transitar, para promover el disfrute pleno de nuestros Derechos Humanos y Libertades Fundamentales. 

Lo anterior, implica pasar de ser observadores pasivos y testigos silentes o a veces cómplices, a testigos, promotores y defensores de una vida libre de violencia en los diferentes ámbitos de desenvolvimiento individual y grupal: familiar, comunitario, académico, laboral y social. 

Conceptos claves de modalidades de violencia escolar y sexual:

La violencia interpersonal escolar es toda acción u omisión intencional ejercida contra estudiantes, personal docente y no docente, dentro y alrededor del ambiente de educación (preescolar, básica, media, diversificada y profesional, así como superior); cuya consecuencia es el deterioro del equilibrio y la estabilidad bio-psico-social de la víctima.

Como una de las modalidades se encuentra el Bullying o acoso escolar entre alumnos y alumnas, manifestado por un comportamiento maltratador, intencionado y perjudicial, ejercido por uno o varios estudiantes contra un compañero o compañera generalmente “más débil” que no puede defenderse por sí mismo eficazmente (Olweus, 1993, 2001), siendo encaminado o encaminada al aislamiento a través de acciones que según Cantero, Piñuel y Zabala (2007) incluyen: 
  • Bloqueo social 
  • Hostigamiento verbal 
  • Manipulación 
  • Coacciones 
  • Exclusión 
  • Intimidación 
  • Agresiones  
  • Amenazas 
En años recientes se observa el Ciberbullying o ciberacoso escolar, donde quien acosa se vale de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para dañar, difundiendo información negativa o difamatoria en contra de la víctima, a través del correo electrónico, la mensajería instantánea, las redes sociales, la mensajería de texto, los blogs o los sitios web.

Se describe también el Grooming o acoso con un contenido sexual explícito o implícito, ejercido por un adulto o adulta mediante acciones premeditadas para establecer una relación de confianza y control emocional sobre un niño o niña, con el fin de preparar el terreno para ejercer luego el abuso sexual (INTECO, 2012). 

Asimismo, se halla el Mobbing o acoso psicológico institucional laboral que puede ocurrir en el ambiente:
(a) Organizacional o empresarial -de superiores o jefes hacia empleados o empleadas- o,
(b) Académico -de docentes hacia estudiantes; en ambos casos, caracterizado por el hostigamiento persistente ejercido por uno o pocos individuos contra una persona, a quien se le coloca en indefensión mediante acciones que en una frecuencia semanal y al menos durante seis meses, incluyen de acuerdo con Leymann (1996):
  • Limitarle la comunicación 
  • Limitarle el contacto social 
  • Desprestigiarle ante sus compañeros y compañeras 
  • Desacreditarle su capacidad profesional o laboral  
  • Comprometerle su salud 
Como parte de la violencia sexual se encuentra el Acoso Sexual, el cual ocurre tanto en el ambiente laboral como en el académico, con el fin de obtener favores sexuales de una persona valiéndose de un estatus de superioridad o poder. En este sentido, “se usa el acoso para obtener sexo” de forma: 
  • Verbal: manifestar improperios, bromas, insinuaciones sexuales y rumores o descripciones de actividades sexuales que pueden hacer con ella o él, 
  • No verbal: colgar comentarios, imágenes o vídeos de carácter sexual a través de medios electrónicos y redes sociales, 
  • Físico: invadir el espacio personal para tocar, manosear o pellizcar a la víctima de una forma deliberadamente sexual. 
Acción: visibilizar, prevenir y salvar vidas.
Prevención de la Violencia:
Cada acción cuenta...


Como padres, madres, representantes, responsables, tutores, tutoras, familiares, educadores y educadoras, debemos brindar a nuestros hijos, hijas y estudiantes, un ambiente formativo en el que reine el respeto, la promoción y la protección de sus Derechos y Garantías, lo cual contribuya no sólo con su buen rendimiento académico actual, y con su éxito ocupacional o profesional a futuro. Es prioritario que nuestra acción como adultos y adultas significantes y agentes multiplicadores de relaciones humanas pacíficas y nutritivas, contribuya por encima de todo con el pleno desarrollo de su salud integral. 

Por ello, necesitamos asumir el reto de: (a) Por un lado, autoevaluar el grado de congruencia entre nuestras actitudes y prácticas a favor de interacciones sociales libres de métodos violentos para resolver los problemas en nuestros hogares, centros educativos, comunidad y sitios de trabajo; (b) Por otro lado, revisar el nivel de sensibilización y capacitación que hemos gestionado para promover hábitos saludables y estrategias de disminución de riesgos psicosociales amenazadores; que en el tema que nos ocupa, tiene que ver con manejar herramientas preventivas de factores de riesgo de violencia en los centros académicos: 



1.- Factores de riesgo para las víctimas: 
  • Baja autoestima
  • Déficits de habilidades sociales
  • Diversidad cultural, sexual o funcional
  • Entorno familiar  disfuncional o abusivo
  • Entorno escolar negligente e invisibilizador de las interacciones abusivas, así como poco promotor de Derechos y estrategias de afrontamiento efectivo.
2.- Factores de riesgo para los acosadores: 
  • Baja autoestima
  • Ausencia de empatía
  • Egocentrismo
  • Fracaso escolar
  • Consumo de alcohol u otras drogas
  • Trastornos de conducta y de Control de los impulsos
  • Entorno familiar disfuncional o abusivo, 
  • Entorno escolar, modelador de estereotipos sexistas, así como permisivo o tolerante de las interacciones abusivas, e igualmente poco promotor o defensor de Derechos.   
Conclusión reflexiva:

Recordemos que nunca es tarde para comenzar a re-aprender y, nunca es suficiente para continuar, colocando nuestro grano de arena desde nuestro comportamiento responsable y ético para detener, evitar y erradicar la violencia verbal, física, sexual, económica o patrimonial, en los contextos familiar y escolar: por excelencia constructores de Seres saludables, felices y útiles para la Sociedad.

El mayor logro lo encontraremos, si trabajamos en equipo, sumando y multiplicando esfuerzos de manera articulada. Incorporando las acciones y experiencias de los ciudadanos y ciudadanas en materia de prevención de la violencia, lo cual fortalezca el bloque: Familia, Sociedad y Estado a favor del trato interpersonal respetuoso y promotor del disfrute pleno de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de todos y todas. 

“Cada material audiovisual, escrito, charla, taller, 
cine-foro, jornada, conversatorio personal y grupal, 
aporta una acción para prevenir la violencia y en consecuencia, 
salvar vidas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes: 
adultos y adultas del mañana y de un mejor país”


ESCRITO POR:  Idhaly Guzmán
Psicóloga Clínica. Sexóloga.
Especialista en Atención y Prevención de Violencia de Género.
Acreditada Defensora de Niños, Niñas y Adolescentes.
idhalyguzman@grupoambos.com

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